LA DESHIDRATACIÓN EN EL GATO

CONTENIDO

 

– Qué significa que un gato está deshidratado

– Por qué es peligrosa la deshidratación

– Cómo se produce la deshidratación

– Cuáles son los síntomas

– Reaccionar con rapidez

– Prevenir la deshidratación en el gato

Qué significa que un gato está deshidratado

 

Significa que el nivel de líquido y electrolitos (sales minerales con carga eléctrica) en su cuerpo es más bajo de lo habitual y recomendable.

Dado que los electrolitos permiten múltiples funciones celulares y vitales, la falta de ellos va a repercutir negativamente en la salud de nuestro gato.

La importancia de la deshidratación dependerá de la cantidad de líquido que falta al animal, e puede ir de leve (5 % de pérdida de líquidos) a severa (más del 10 % de pérdida de líquidos), pasando por moderada (pérdida de entre el 5 % y el 10 % de líquidos).

Por qué es peligrosa la deshidratación

 

Un gato deshidratado no podrá realizar correctamente las funciones esenciales de su organismo, tan importantes como:

– La correcta circulación sanguínea;
– La eliminación de residuos;
– La regulación de su temperatura corporal;
– La función muscular;
– La función nerviosa.

Esta imposibilidad de realizar sus funciones vitales puede poner en riesgo la salud de nuestro gato muy rápidamente.

Por esto es importantísimo reaccionar cuando detectamos los primeros síntomas, actuando de forma inmediata en casa, y valorar rápidamente si es necesaria intervención profesional.

Cómo se produce la deshidratación

 

La deshidratación se produce cuando el balance entre la ingesta y la pérdida de líquido es negativo.

Los electrolitos (cloruro, potasio, sodio, magnesio) entran al cuerpo mediante la ingesta de alimentos y líquidos.

El agua potable no contiene electrolitos, por lo que no es buena para ayudar a recuperar a un gato con deshidratación moderada o severa.

En estos casos el gato necesitará suero en vez de agua; en función de la severidad de la deshidratación, necesitará que el suero sea inyectado por vía subcutánea o administrado por vía intravenosa en vez de por vía oral.

Son varios los motivos que pueden provocar una deshidratación en el gato:

– Exceso de calor;
– Insolación;
– Quemaduras;
– Diarrea;
– Vómitos;
– Fiebre;
– Problemas urinarios;
– Hemorragia interna.

Cuáles son los síntomas

 

Esta es la gran clave de la deshidratación: observar ciertos aspectos que pueden ponernos sobre la pista de que el gato está deshidratado, y avisar rápidamente a nuestro veterinario para que él nos guíe sobre el estado de salud de nuestro gato.

Empezaremos haciendo ciertas pruebas básicas:

– En ojos y estado general, bastará con observar;
– En piel, aplicaremos un pellizco suave;
– En encías, presionaremos;
– En cuanto a temperatura corporal, mediremos con termómetro.

Vamos con el resultado de estas pruebas en casos de deshidratación:

– Ojos: se presentan hundidos y secos; puede ser visible el tercer párpado, indicativo de malestar en el gato. Será suficiente con observar para saber si los ojos están secos y si el estado del animal no es el habitual.

– Piel: cuando hay deshidratación, la piel pierde su elasticidad habitual. La prueba consiste en dar un pellizco suave; si vemos que la piel tarda más de lo habitual en volver a su estado normal, hay deshidratación; cuanto más tarde la piel en volver a su estado habitual, más severa es la deshidratación.

– Encías: un CTR (tiempo de llenado capilar) largo es un claro indicativo del nivel de hidratación correcto o no en un gato. La prueba consiste en presionar con la yema de un dedo la encía del gato hasta verla pálida, y entonces quitar de forma rápida la presión.

Resultado: en un gato hidratado, la encía vuelve a su estado original de forma inmediata, mientras que en un gato deshidratado tardará unos segundos en volver a su estado original.

Las encías secas son también un síntoma indicativo de que la deshidratación es importante y necesitamos asistencia veterinaria de forma inmediata.

– Frecuencia cardíaca y temperatura corporal: en el gato deshidratado la frecuencia cardíaca aparecerá elevada y la temperatura corporal aparecerá más baja. Prueba: tocaremos las patas del gato; si están más frías de lo habitual, tenemos un indicativo de que la temperatura ha bajado.

De nuevo la situación necesita la valoración inmediata de un veterinario.

– Estado general: el gato ha perdido el apetito, está apático, se muestra muy cansado e incluso puede costarle respirar. Con la simple observación vale.

Un dueño conoce la forma de ser de su gato y enseguida puede percibir que algo no es normal.

Consulte con su veterinario para tener una valoración sobre el estado de su gato y dar una solución lo antes posible.

Reaccionar con rapidez

 

1. Lo primero que haremos con un gato deshidratado es evitar su sobreexposición al calor y observar si quiere o puede hidratarse de forma natural ofreciéndole un poquito (sólo un poco) de agua en un cuenco.

Si bebe mucha agua de golpe, es muy probable que vomite, lo que agravaría su deshidratación. Conviene ir poco a poco.

2. Si rechaza beber por sí mismo, podemos administrarle suero (no agua, ya que el agua no contiene electrolitos) con una jeringa muy poco a poco (dándole un poco de suero y dejando pasar un rato; después, otro poco de suero y otra pequeña espera; repetimos la operación con paciencia).

Si observamos una mejora rápida, podemos ofrecerle comida húmeda especialmente apetitosa para que la recuperación se complete lo antes posible.

3. Si los dos primeros puntos no funcionan, significa que la deshidratación es severa; en este caso el gato necesita intervención veterinaria de forma inmediata para evitar que su estado se agrave o incluso muera.

En este caso su veterinario le administrará líquidos por vía oral o parenteral, dependiendo de la severidad de la deshidratación.

Prevenir la deshidratación en el gato

 

Estas son ciertas claves que nos permitirán prevenir la deshidratación de nuestro gato:

– Observar su conducta para detectar cambios rápidamente;

– Proporcionarle siempre agua limpia y fresca;

– Evitar la posibilidad de que tenga golpes de calor;

– Evitar la exposición al sol sin posibilidad de resguardarse en la sombra;

– Proporcionarle lugares en casa en los que pueda resguardarse del sol y del calor;

– Prestar especial atención a las madres lactantes;

– Prestar especial atención a los gatos mayores, ya que tienden a beber menos;

– Si nuestro gato tiende a beber poco, le proporcionaremos comida húmeda (que tiene un porcentaje de agua de hasta el 80 % frente al 12 % del pienso seco).